EDIFICIO PASIVO

Los edificios son responsables de alrededor del 40% del total de la energía que consumimos y, por lo tanto, de la contaminación que este consumo genera.

La directiva europea 2010/31 sobre eficiencia energética, expone que todos los edificios públicos deberán ser de consumo casi nulo a partir del 31 de diciembre de 2018 y todos los edificios, sin excepción, lo sean a partir del 31 de diciembre de 2020.

Además de causar un efecto negativo en el medio ambiente, el elevado consumo de energía supone una dificultad económica, especialmente en época de crisis.

Supone también una pérdida de confort y una evidente pérdida de salud.

Estos aspectos, que hoy son un coste económico y social pueden y deben ser una inversión de futuro.

Estamos hablando de un modo de construir que ya está muy experimentado (llevan más de 20 años construyéndose en países centro europeo) y que ha demostrado sobradamente sus bondades: menor consumo energético, menor contaminación térmica-acústica y un confort interior muy superior al que conocemos.

ESTANDAR PASIVO

El estándar pasivo, siempre y cuando se atiendan los principios de buena orientación y racionalidad en sus planteamientos, admite CUALQUIER TIPO DE ARQUITECTURA.

Aunque inicialmente se aplicó a viviendas unifamiliares cada vez son más las tipologías a las que se adapta el estándar pasivo: escuelas, guarderías, polideportivos, centros cívicos, iglesias, estaciones de bombeo, edificios de oficinas, piscinas… y por supuesto bloques de viviendas colectivas donde la relación superficie/volumen es mucho más favorable que en las viviendas unifamiliares.

Durante los meses cálidos estos edificios hacen uso de sistemas pasivos de refrigeración como la disposición cuidadosa de protecciones solares en las fachadas más expuestas, la ventilación cruzada nocturna o la moderación de las temperaturas de los edificios mediante intercambiadores tierra-aire.

CONFORTABLES · ASEQUIBLES · SOSTENIBLES

DISEÑADOS PARA AHORRAR

Los edificios pasivos consiguen reducir en un 75% las necesidades de calefacción y refrigeración. La poca energía suplementaria que requieren se puede cubrir con facilidad a partir de energías renovables, convirtiéndose en una construcción con un coste energético muy bajo para el propietario y el planeta.
CONFORTABLES, ASEQUIBLES Y SOSTENIBLES
Elevado confort interior, consumo de energía muy bajo, alto grado de aislamiento, control riguroso de los puentes térmicos, carpinterías y vidrios de gran calidad, aprovechamiento óptimo del soleamiento…

Confortables
Su sistema de ventilación suministra de forma imperceptible el aire fresco necesario. Este aire es previamente filtrado en el recuperador de calor y, junto con el alto grado de aislamiento y la homogeneidad de las temperaturas de las superficies que envuelven las estancias (suelos/paredes/techo), evita la formación de humedades y la generación de mohos. Se consigue así un inmejorable confort acústico, térmico y de calidad del aire.

Asequibles
Teniendo en cuenta el ciclo de vida de los edificios, única forma de determinar sus costes reales, los edificios pasivos ahorran dinero. El ligero sobrecoste de su construcción (estimado entre un 5 y un 10% respecto de los edificios construidos según C.T.E.) se compensa en pocos años debido a la drástica reducción de su demanda de energía (hasta la décima parte).

Sostenibles
Un edificio pasivo requiere hasta un 90% menos de energía que un edificio convencional con la consiguiente reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera lo que lo convierte en una alternativa sostenible real frente al resto de construcciones convencionales.

CLAVES DE UN EDIFICIO PASIVO

LOS AISLAMIENTOS

Aumentar el espesor de los aislamientos reduce las pérdidas de calor en invierno, las ganancias de calor en verano y la demanda de energía para climatizar los edificios.

LAS VENTANAS

Las zonas más débiles de la envolvente son las ventanas. Por ello, es fundamental contar con carpinterías y vidrios de muy alta calidad con el fin de limitar al máximo la fuga de energía a través de ellas.

LA HERMETICIDAD

En los edificios convencionales el aire que se requiere en las estancias proviene de las infiltraciones que se producen a través de los encuentros de los elementos constructivos, a través de las ventanas y puertas o a través del paso de las instalaciones. En las casas pasivas esta entrada de aire se produce de una forma controlada lo que permite acondicionarlo de tal forma que el aporte se realiza en perfectas condiciones higiénicas, de temperatura y humedad.

 

LA VENTILACIÓN

La ventilación mecánica controlada con recuperador de calor es un sistema formado por dos circuitos: uno de entrada de aire fresco exterior y otro de salida de aire viciado interior. Ambos comparten un elemento común, el recuperador, en el que se aprovecha en más de un 80% el calor que transporte el aire viciado antes de ser expulsado y se transfiere al aire fresco exterior que, previamente filtrado, se atempera y se revierte a las estancias.

LOS PUENTES TÉRMICOS

Un puente térmico se comporta en un edificio como un agujero en un cubo de agua: aumenta el flujo de calor entre el interior y el exterior del mismo modo en que el agua se derrama a través del agujero del cubo. En los edificios pasivos se controla de forma rigurosa la eliminación de los puentes térmicos.

REHABILITACIÓN CON CRITERIOS PASIVOS

La vida útil de un edificio es larga a escala humana. Esto hace que las intervenciones que realicemos para su mejora y buena vejez resulten rentables en el tiempo. Los avances en el conocimiento y en la tecnología posibilitan hoy en día llevar la eficiencia energética al extremo mediante la mejora de la envolvente de los edificios y el máximo aprovechamiento de las ganancias térmicas exteriores e interiores. No utilizar estos recursos que tenemos a nuestro alcance significa hipotecar los edificios a nuevas intervenciones de rehabilitación y desaprovechar la oportunidad de garantizar una larga vida a nuestros edificios en unas condiciones de habitabilidad, funcionalidad y estética óptimas.

Está probado y demostrado que es posible una rehabilitación energética de edificios mediantes componentes pasivos consiguiéndose todos los beneficios que su aplicación conlleva: mejora de la calidad del aire interior, mejora del confort térmico y acústico, reducción drástica del consumo energético y revalorización de los edificios.

Los edificios pasivos pueden prescindir de los sistemas convencionales de calefacción y refrigeración una única estrategia frente al frío del invierno y al calor del verano, el cuidado de la envolvente y la ventilación controlada, permiten su óptima climatización. Esto, unido al ahorro energético y a las disminución de las emisiones, hace de los edificios pasivos una gran inversión, asequible y sostenible.

ENSAYO BLOWER DOOR

Metodología del ensayo

Una puerta ventilador es un ventilador de gran alcance que se monta en el marco de una puerta exterior. El ventilador empuja el aire fuera del edificio ó vivienda, reduciendo la presión del aire en el interior y provocando que fluye a través de todas las grietas y aberturas no selladas.

Los datos de la puerta del soplador calibradas permiten que el auditor pueda cuantificar la cantidad de fugas de aire y la eficacia de cualquier trabajo de sellado de aire y por tanto valore las pérdidas energéticas del edificio o vivienda debido a las infiltraciones de aire.
Si hay infiltraciones en la envolvente, el aire exterior penetrará a través de las mismas, con lo que se facilita su localización. Para detectar con precisión las infiltraciones se realiza una cuidadosa inspección durante la cual se contará con la ayuda de anemómetros y/o sistemas de termografía infrarroja.

La figura muestra una sección de un edificio que incluye el procedimiento de medición. La BlowerDoor es instalada en la puerta exterior (marcada en rojo). Las flechas azules indican las infiltraciones de aire exterior a través de la envolvente, que pueden ser localizadas generando en el edificio una presión inferior a la presión atmosférica.

Con la BlowerDoor obtenemos el flujo de aire necesario para generar una presión negativa de 50 pascales. Esta presión es equivalente a un viento de grado 5 en la escala de Beaufort.

Ejemplos de detección de infiltraciones